En los años 90 se utilizaron en odontología los concentrados plaquetarios de primera generación como el PRP (plasma rico en plaquetas), a partir del año 2,000 se empezaron a utilizar los concentrados plaquetarios de segunda generación como son el PRF (fibrina rica en plaquetas) y L-PRF (fibrina rica en plaquetas y leucocitos) estos concentrados ofrecen mejores ventajas que los de primera generación.
Cabe indicar que actualmente también existen modificaciones del PRF como son el A-PRF y el A-PRF + los cuales liberan mayor cantidad de células inflamatorias, plaquetas y factores de crecimiento en el tiempo, esto se obtiene reduciendo la velocidad y fuerza de centrifugado.
El I-PRF es una matriz de PRF inyectable liquida que ofrece el mayor numero de plaquetas y leucocitos de todos los concentrados de PRF antes mencionados, se obtiene al reducir levemente el tiempo de centrifugado pero manteniendo la fuerza . También es de mucha utilidad el suero del PRF para irrigar externamente la zona operatoria al finalizar la cirugía.
La cicatrización de heridas ha sido siempre una prioridad en cirugía bucal. En un esfuerzo por mejorar y acelerar la cicatrización de tejidos duros y blandos, se han empleado tradicionalmente sustitutos, incluyendo factores de crecimiento y materiales biológicos. Investigaciones recientes indican claramente que el PRF mejora significativamente la cicatrización de heridas en tejidos blandos y duros. Las aplicaciones de este biomaterial tienen sus pioneros resultados en el área de la odontología, así como en el campo de la cirugía, la periodoncia y la implantología oral, en los que se aprovechan sus acertadas propiedades; en un ambiente en el que se potencia la disminución del edema y el dolor postoperatorio y se acelera el proceso de curación, lo que ha favorecido el incremento de la satisfacción de los pacientes y profesionales especialistas.
La fibrina rica en plaquetas y leucocitos (L-PRF) es un biomaterial autógeno que se obtiene de la sangre del paciente, fue desarrollado en Francia por Choukroun . Es un concentrado de plaquetas de segunda generación que a ganado popularidad a medida que acelera la cicatrización de tejidos blandos y duros. Sus ventajas son la facilidad de preparación/aplicación, el gasto mínimo y la falta de modificación bioquímica (no requiere anticoagulante). El protocolo de preparación es simple, la sangre se introduce en tubos de ensayo de 10 ml sin anticoagulante y se centrifuga inmediatamente a 2700 revoluciones por minuto durante 12 minutos.
El L-PRF mejora la osteogénesis, también promueve la reparación del tejido conectivo acortando los tiempos de espera en injertos, no existe la posibilidad de rechazo al ser del propio paciente disminuyendo el riesgo de infección así como el dolor post- operatorio.
El L-PRF consta de plaquetas, leucocitos, citoquinas y células madre dentro de una matriz de fibrina. Los leucocitos parecen influir fuertemente en la liberación de factores de crecimiento, en la regulación inmune, en las actividades anti infecciosas y remodelación de la matriz durante la cicatrización. Se ha demostrado que después de la centrifugación, el 97% de las plaquetas y el 50% de los leucocitos del volumen de la sangre original se concentran en el L-PRF.
Algunos investigadores mostraron la lenta liberación de factores de crecimiento especialmente durante los primeros 7 días. Otros investigadores observaron que esta liberación continuó hasta un máximo de 28 días y puede ser un complemento útil en la reparación de tejidos.
También se utiliza también en regeneración ósea para obtener un producto creado por el Dr. Dong-Seok Sohn llamado “sticky bone” el cual es un concentrado rico en factores de crecimiento que se obtiene de la mezcla L -PRF, I-PRF y la adición de un material de injerto óseo; esta mezcla proporciona estabilización del injerto en el defecto, por lo tanto, acelera la cicatrización del tejido y reduce al mínimo la pérdida de masa ósea durante el periodo de cicatrización. Es decir estamos incorporando factores de crecimiento a un material inerte como el injerto óseo, el cual será colocado en el defecto a reparar para estimular la neoformación de hueso, de esta manera estamos potenciando nuestro injerto y por ende los resultados serían más exitosos con un post operatorio menos traumático.