Un implante dental es un dispositivo de titanio parecido a un “tornillo” el cual podría remplazar a la raíz de alguna pieza dentaria perdida y sobre este confeccionar una corona o prótesis (según sea el caso) para de esta manera reponer la o las piezas dentarias ausentes. Existen muchas marcas y distintos diseños de implantes que se utilizarán según el caso clínico por lo que es de suma importancia la evaluación con el especialista.
Se instalan en boca mediante una técnica quirúrgica y lo que se espera de esto es que el implante se una al hueso (este fenómeno se denomina oseointegración) para posteriormente después de 3 a 4 meses (inclusive antes en algunas situaciones clínicas) realizar la rehabilitación de dichos implantes y proceder a colocar la corona o prótesis dental que el especialista haya planificado previamente.
Antes de la rehabilitación del implante en algunos casos debemos realizar la conexión de estos; es decir tenemos que exteriorizar el implante que está en el hueso, esto se realiza en un acto quirúrgico más sencillo que el anterior, para dicho efecto se usan coronas provisorias de resina acrílica y en algunos casos pilares de cicatrización. Esta etapa es fundamental debido a que tenemos que acondicionar la encía y además conformar un perfil de emergencia de la futura pieza dentaria para lograr resultados óptimos, esta etapa puede durar entre 8 a 12 semanas, después de transcurrido ese tiempo se procede a tomar los registros para la confección de la prótesis final ya sea corona unitaria, plural o también se pueden confeccionar prótesis completas que pueden ser retenidas o fijas pero en estos casos necesitamos colocar mayor cantidad de implantes como veremos más adelante.
La mayoría de pacientes sistémicamente sanos e incluso con alguna enfermedad controlada pueden acceder a este tratamiento pero existen contraindicaciones absolutas como en el caso de aquellos que hayan padecido infarto de miocardio, accidente cerebro vascular y que tengan alguna prótesis valvular cardiaca colocada recientemente, aquellos que hayan sido trasplantados en los últimos 6 meses, inmunosuprimidos, tratamiento activo contra el cáncer, psicosis severa, embarazo, diabetes no controlada, abuso de drogas y pacientes que consuman bifosfonatos vía endovenosa.
Existen factores de riesgo como el consumo de tabaco, aunque esta no es una contraindicación absoluta para la colocación de implantes, el fumar afecta la salud de los tejidos periodontales y la cicatrización de éstos ya que existe, entre muchas cosas, disminución del flujo sanguíneo, menor perfusión de oxígeno y baja producción de colágeno. En aquellos pacientes que no consideren como alternativa el cese definitivo del hábito de fumar debemos explicarle los riesgos que ello implica y deberán aplicar un protocolo que incluya interrumpir el habito por lo menos una semana antes y ocho semanas posteriores a la instalación de los implantes.
Otros factores de riesgo serian diabetes, osteoporosis y trastornos hematológicos.
En los pacientes con enfermedad sistémica debemos evaluar el costo-beneficio con la calidad y esperanza de vida.
Es muy importante también comprometer al paciente a un régimen estricto de higiene oral y a concurrir a las sesiones periódicas de control.